María Elena Papuico Navarro

Estas piezas buscan representar el reconocimiento de los primeros estímulos que en la niñez producían un placer que vistos desde la adultez podríamos identificar como placer sexual. En la niñez temprana todos los placeres están al mismo nivel por lo que no se podría hablar de un placer propiamente sexual o por lo menos no como el que se vive en la adultez. A través de un ejercicio de memoria este proyecto busca identificar mis primeras experiencias del placer como mujer y su proceso de reconocimiento. Represento experiencias específicas que son comunes a los cuerpos femeninos como aguantar la orina cruzando las piernas, mamar, jugar a montar algo donde hay una estimulación directa del clítoris o la estimulación de zonas erógenas con peluches o almohadas para empezar a narrar esa experimentación del placer desde la propia experiencia del agente que lo experimenta y así alimentar los discursos sobre el placer femenino contado por nosotras mismas.